Descripción
Fundado el 24 de enero de 1867
Autor: Miguel Delgadillo Pacheco
En la época del coloniaje español, en el Alto Perú, los establecimientos precursores de los bancos fueron las Casas de Rescate, rescataban plata piña (plata pura, 100% de pureza) para entregar a la Real Casa de Moneda de Potosí y facilitaban dinero a mineros con garantía de sus productos. El poderoso Gremio de Azogueros de Potosí en 1747, con autorización de las autoridades, fundaron la Real Sociedad, todo miembro adscrito aportaba 2 reales y 3/4 por cada marco de plata que vendía, estableciendo un capital destinado a habilitar, mejorar y fomentar las minas e ingenios.
El rey Carlos III creó en Madrid-España una entidad de carácter privado en 1782, naciendo bajo la protección real, se llamó Banco Nacional de San Carlos. Al año siguiente empezó a emitir los primeros billetes llamados cédulas, estas cédulas garantizaban un inmediato reembolso en metálico efectuado por el propio banco emisor.
El reinado de Carlos III celoso del control de todas las actividades económicas de sus colonias, incorporó a la Real Sociedad de Potosí, como institución dependiente de la Corona por Cédula Real de 8 de agosto de 1779, con la denominación de Banco de San Carlos.
Esta institución, además de monopolizar el rescate de la producción argentífera, se encargaba de cobrar todas las gabelas (impuesto o tributo) que pesaban sobre la minería. Emitía recibos o certificados por partidas de metal que entregaban los mineros, estos documentos circulaban entre el público a manera de billetes. El Banco de San Carlos en Potosí dejó de funcionar en el período de la Guerra de la Independencia de 1809 a 1825.
Fundada la República Bolívar y luego Bolivia, no hubo otra alternativa de seguir dependiendo de la explotación de plata, como industria pilar de la economía nacional, para evitar que dicho metal se exporte por medio del contrabando; en diciembre de 1826, el Presidente Antonio José de Sucre creó las Oficinas de Rescate, también llamadas Bancos de Rescate, en Potosí, La Paz, Oruro y Tupiza, con el objetivo de fomentar la minería y facilitar a los empresarios vender su producto en los principales distritos mineros o ciudades próximas evitándose un largo, costoso y peligroso viaje hasta la Real Casa de Moneda de Potosí. La administración de tales entidades se entregaba a particulares mediante licitación.
El Banco de Rescates de Potosí, heredero forzoso del inmueble, muebles y demás bienes del Banco de San Carlos, funcionó con regularidad. Las agencias de La Paz, Oruro, Tupiza y de algunas administraciones creados en Cotagaita, Chayanta, Yamparáez, Machacamarca, Portugalete y San Cristóbal de Lípez se cerraban y/o abrían de acuerdo al aumento o escasez de la producción del preciado metal o según la política económica del gobierno de turno, como incrementar las rentas fiscales con un estricto control de la producción de plata.
En la época Colonial existían establecimientos que tenían el nombre de banco, se trataba de entidades mediadoras del comercio y la producción de bienes de alto valor económico en la época, la más importante era la Real Casa de Moneda de Potosí, funcionó desde 1573 acuñando monedas de plata y reglamentaba la producción y comercio de ese metal. Posteriormente, en el siglo XVIII el Banco de San Carlos, monopolizó el rescate de plata y producción de oro.
Luego de frustradas intensiones de crear un banco boliviano, propiamente dicho, desde la fundación de la República de Bolivia hubo distintos emprendimientos como: el Banco de Descuento y Circulación en 1829, el Banco de Rescate en 1830, el Banco de Emisión y Descuentos en 1834, el Banco de Refacciones en 1836, el Banco de Crédito Hipotecario de Bolivia en 1839, el Banco de la Coca en 1843, el Banco de la Quina en 1851 y el Banco Hipotecario para fomentar la agricultura en 1861, instituciones que no funcionaron o lo hicieron brevemente, hasta 1867 no existió una institución financiera en el país.
El chileno Eusebio Lillo Robles empresario y político chileno, autor de la letra del himno nacional de Chile se posicionó políticamente en el extremo liberal desde joven, por su participación en la revolución chilena de 1851 fue confinado en Chiloé, condenado a muerte y, finalmente, proscrito.
Se instaló en Perú y Bolivia por varios años dedicándose a negocios, a su regreso a Chile en 1870 se reincorporó a la vida política, cumpliendo un papel importante durante la Invasión del Pacífico, como representante del gobierno encargado de buscar acuerdos con Bolivia y de supervisar a los ejércitos en la zona norte del país. Durante su estadía en la ciudad de La Paz, Bolivia fue fundador del Banco Boliviano en la ciudad de La Paz, cooperó en el progreso de la minería en Corocoro logrando afirmar su situación económica.
Durante el gobierno de Manuel Mariano Melgarejo Valencia, régimen dictatorial en Bolivia recordado por su deficiente administración gubernamental, abusos contra la población y firma de tratados de límites territoriales con Chile y Brasil muy lesivos para Bolivia, mediante Decreto de 24 de enero de 1867 se aprobó la creación del Banco Boliviano, con un capital de 1.000.000 de pesos bolivianos, siendo fundadores: Eusebio Lillo Robles, chileno, asociado con el especulador norteamericano Enrique Meiggs Williams y el gobierno boliviano.
El Banco Boliviano fue la primera institución emisora y esencialmente bancaria con sede en la ciudad de La Paz, liderada por un súbdito chileno, lo que le valió ser objeto de desagradables críticas al gobierno de Melgarejo, especialmente por el hecho de gozar de los mismos privilegios que el fisco, el Estado estaba obligado a depositar en este banco los fondos que percibía por concepto de recaudaciones tributarias, estaba autorizado para recibir depósitos del público sin pagar intereses y prestar dinero con intereses usureros, además de realizar descuentos de letras, compraventa de metales preciosos y cartas de crédito domésticas o internacionales. Luego de cinco años de funcionamiento, este banco fue absorbido por el Banco Nacional de Bolivia.
Se trataba de una entidad de confianza y colaboración al gobierno de Melgarejo, incluso poseía cien acciones aseguradas por ingresos provenientes del litoral boliviano, además de contar con accionistas chilenos, bolivianos y el propio Estado. Su influencia en la economía fue notoria, los intereses que los prestamistas particulares cobraban bajaron de más del 20% al 7%, facilitando el cumplimiento del pago de deudas. Después de cuatro años de existencia del Banco Boliviano, se rumoreaba el poco respaldo de los billetes que el banco emitía. Fue así que se llevó a cabo la primera intervención del Estado a una entidad financiera durante el gobierno del presidente Agustín Morales Hernández.
Por Decreto de 2 de abril de 1972 se nombró un Delegado Inspector para el Banco Boliviano de la Paz con facultades de: inspeccionar los libros del banco, informar las razones que habían provocado la emisión de billetes sin firma del Ministro de Hacienda, contabilizar el monto al que ascendían los billetes de este tipo y de los que poseían ambas firmas y analizar el activo y pasivo del banco. El informe concluyó que el banco no pudo garantizar el porcentaje de sus acciones con deuda pública del Estado chileno, tal como señalaba su estatuto, comprobándose un capital efectivo, según Julio Benavides, de solamente 250.000 pesos bolivianos, la cuarta parte de su capital con el que se fundó el banco.
El Banco Boliviano subrogó sus derechos de emisión al Banco Nacional de Bolivia creado en 1871, sus billetes fueron sobresellados por este banco con un plazo de retiro de circulación hasta diciembre de 1873.
BIBLIOGRAFÍA
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Benavides, Julio; Historia de la Moneda en Bolivia, La Paz, 1972.
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Soux, María Luisa; Money, Mary; Jauregui, Juan; Peres-Cajías, José; Historia Monetaria de Bolivia – Tomos I y II, Banco Central de Bolivia, La Paz-Bolivia, 2015.
Sustachs Núñez, David; Cronología de los Bancos en Bolivia; 2015.
https://bolivianumismatica.blogspot.com/2018/07/s-bancos-privados-ii-banco-boliviano.html
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